Nota publicada en el diario La Capital el 7 de junio de 2023. Ver Nota en el diario

¿Cuáles son los síntomas de alerta y cómo abordar el trastorno de déficit de atención en la edad adulta?

Es el TDAH es un trastorno mental que en general empieza en la infancia y que será padecido por más del 50% de estos niños cuando lleguen a la vida adulta. Los síntomas pueden ser diferentes en los adultos, teniendo menos hiperactividad y una leve disminución de la impulsividad, pero con los mismos síntomas de inatención.

En la edad adulta, el TDAH está vinculado con serias repercusiones económicas, ocupacionales, académicas y familiares, así como a accidentes automovilísticos y la presencia de otras patologías psiquiátricas.

Se calcula que la prevalencia de TDAH en la población adulta es entre 4 y 5%, lo que lo sitúa como uno de los trastornos psiquiátricos más frecuentes. Actulemente, los síntomas “enmascarados” por otros trastornos comórbidos con los cuales se asocia (depresión, ansiedad, trastorno por consumo de sustancias, trastornos obsesivo compulsivo) complicando tanto el diagnóstico como el tratamiento adecuado.

¿Cuál es su causa?

La presencia del factor hereditario en casi el 80%. En contraste, la contribución estimada de factores no hereditarios es de sólo un 20%. La etiología del trastorno de déficit de atención podría considerarse multifactorial ya que intervienen factores genéticos en combinación con factores ambientales.

¿Cuáles son sus síntomas?

En los adultos predominan los síntomas de inatención/distractibilidad y de impulsividad, ya que la hiperactividad disminuye con la edad o puede tener una manifestación clínica de inquietud o desasosiego. No todas las personas que padecen TDAH muestran todos los síntomas, ni tampoco toda persona con TDAH experimenta los síntomas con el mismo nivel de gravedad o discapacidad. Habitualmente los síntomas empeoran en las situaciones que exigen una atención o un esfuerzo mental sostenido, o cuando las actividades carecen de atractivo o novedad.

Inatención

  • No presta atención a los detalles e incurre en errores por descuido en el trabajo o en cualquier otra actividad.
  • Tiene dificultad para mantener la atención en tareas o en actividades lúdicas.
  • Parece no escuchar cuando se le habla directamente.
  • No sigue las instrucciones y no finaliza tareas, encargos, u obligaciones.
  • Evita, le disgusta o es renuente a dedicarse a tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido.
  • Se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes.

Hiperactividad-impulsividad

  • Mueve en exceso manos o pies o se remueve en su asiento.
  • Abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en que se espera permanezca sentado.
  • Sentimiento subjetivo de inquietud.
  • Tiene dificultades para dedicarse tranquilamente a actividades de ocio.
  • A menudo “está en marcha” o suele actuar como si tuviera un motor.

Para el diagnóstico es fundamental que existan pruebas claras de un deterioro clínicamente significativo de la actividad social, vincular, académica o laboral

¿Cómo reconocer a un adulto con TDAH?

Las personas con este trastorno son intolerantes e impacientes, impulsivos, interrumpen, son inquietos y acelerados, empiezan muchas actividades y no terminan ninguna, se aburren fácilmente, están permanentemente buscando “nuevas sensaciones”. Son tercos y obstinados, muestran baja tolerancia a la frustración y a la incertidumbre, su ánimo es fluctuante y lábil con bruscos cambios emocionales. Se irritan con mucha facilidad, son susceptibles a la crítica del entorno. Frecuentemente presentan baja autoestima y generan rechazo de los que les rodean considerándolos “vagos”, negligentes e irresponsables. Se les describe como personas soñadoras, pueden comenzar muchos proyectos pero tienen dificultades para concluirlos.

También se han descrito mayores dificultades en las relaciones interpersonales y, de forma específica, en las relaciones de pareja, debido a la creciente demanda social que implica afrontar la vida adulta.

¿Cuál es el tratamiento farmacológico y quién debe indicarlo?

El tratamiento farmacológico lo debe indicar y prescribir un médico psiquiatra. Los fármacos psicoestimulantes siguen siendo los medicamentos de primera línea para el tratamiento del TDAH tanto en adultos, como en niños y adolescentes, mejoran la función dopaminergica y noradrenérgica (metilfenidato, atomoxetina).

¿Cuál es el tratamiento no farmacológico?

Las intervenciones psicoeducativas ayudan a que el paciente obtenga un conocimiento sobre el trastorno de déficit de atención que le permite no solo ser consciente de la interferencia del trastorno en su vida cotidiana, sino también que el mismo sujeto detecte sus dificultades y defina sus propios objetivos terapéuticos.

La terapia cognitivo-conductual es el abordaje más eficaz de la sintomatología de pacientes con TDAH, ayuda al desarrollo de destrezas conductuales tales como hacer listas, planeación diaria, elaboración de rutinas. Además, esta intervención parece mejorar los síntomas depresivos y ansiosos comórbidos, así como la adherencia terapéutica.

Dra. Sabina Racedo Aragón. Médica psiquiatra.

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