A lo largo de la vida experimentamos diferentes emociones y sentimientos pero hay uno que nos marca profundamente: el sufrimiento. Podemos sufrir por una herida física que provoca dolor pero también podemos sentirnos mal a raíz de una decepción, un desengaño, una pérdida… No importa la edad, algunos problemas suelen aparecer sin previo aviso y nos golpean con toda su fuerza. Lo cierto es que nadie es inmune al sufrimiento pero es vital que sepamos afrontarlo y gestionarlo porque de lo contrario, puede convertirse en un estado permanente de dolor que nos envuelve y nos impide disfrutar del mundo y de las cosas buenas que nos pasan. ¿Cómo podemos controlar el sufrimiento? ¿Qué técnicas y prácticas ayudan a controlar el dolor?

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